En 1930 el observatorio de Lowell anuncia el descubrimiento del noveno planeta del sistema solar, llamado Plutón.
La existencia de un noveno planeta comenzó a plantearse al estudiar los movimientos de Urano y Neptuno, y comprobar que existían irregularidades que necesitaban de la existencia de un noveno planeta para ser explicadas.
Plutón resultó ser por lo menos cien veces mas débil que lo que se esperaba para un planeta que estuviera perturbando el movimento de Urano y Neptuno. El astrónomo Percival Lowell determinó mediante cálculos un extraño planeta que denominó "Planeta X". Hicieron falta 14 años más de búsquedas para lograr descubrirlo, debido sobre todo a su pequeño tamaño, su órbita atípica, y a que el brillo que emitía era mucho más bajo que el del resto de los planetas.
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